Surreal sculptures by Francesca Dalla Benetta

Escultura a medida: el arte de comisionar una pieza única

Escultura a medida: el arte de comisionar una pieza única

A veces, una idea ronda en la cabeza de alguien —una emoción, un símbolo, un recuerdo— y no encuentra forma. Otras veces, es un espacio el que pide ser habitado por una presencia única, que hable con su propia voz. Ahí es donde entra lo que he llamado "el arte comisionar una pieza".

Comisionar una escultura es abrir la puerta a una creación personalizada, nacida del diálogo entre quien encarga la obra y quien la esculpe. Es un proceso íntimo, donde la materia se convierte en reflejo de una historia personal, de una emoción, o incluso de una transformación vital.

Desde mis comienzos como artista, he trabajado con personas, coleccionistas y espacios que han querido dar vida a obras únicas que no existían… hasta que las hicimos realidad en conjunto. Sin embargo, pocos saben cómo se gestiona este proceso, es por eso que hoy les traigo este artículo.

¿Qué implica comisionar una escultura?

Cuando alguien me pide una pieza a medida, lo primero que hago es escuchar. No se trata solo de formas o medidas, sino de entender qué quiere comunicar la persona con esa escultura: ¿un homenaje?, ¿una presencia protectora?, ¿un cuerpo simbólico que acompañe una transición importante?

Mi trabajo, como artista, es traducir todo eso en forma, textura, gesto, volumen y vacío.

Trabajo con materiales como bronce, resina, resina translúcida, poliuretano, cerámica o técnicas mixtas que me permiten jugar con lo orgánico, lo sensible, lo fragmentado, lo fantástico. La escultura final puede ser de gran formato, para un espacio público o interior, o una pieza pequeña, íntima, para acompañar un altar o una repisa.

El proceso de la idea

Cada comisión que realizo sigue un proceso que parte del diálogo creativo:

  1. Primero exploramos la intención, sensaciones, emociones o ideas visuales que los inspiran.

  2. Después genero una propuesta de bocetos o referencias, compartiendo comparto posibles caminos estéticos o composiciones.

  3. Una vez acordada la idea, comienza el modelo inicial en plastilina en donde empieza a aparecer la presencia de la pieza.

  4. Continúo con el proceso escultórico: modelado, moldes, vaciado, acabado. Aquí también pueden suceder accidentes propios de la pieza, es importante escucharlos porque la materia tiene su propia voz.

  5. Finalmente, entrego la pieza con su certificado de autencidad y la colocamos en el espacio designado. ¡Este momento es una grata experiencia para ambas partes.

A lo largo de este proceso, me gusta mantener al comisionante involucrado: ver cómo la pieza “nace” puede ser tan poderoso como tenerla en las manos al final.

¿Para quién es este tipo de obra?

Para personas que buscan una pieza única, con alma y significado.
Para quienes entienden el arte como un acto simbólico, no solo decorativo.
Para espacios que necesitan una presencia escultórica viva, capaz de generar conversación, emoción o memoria.

También trabajo con instituciones, espacios públicos, coleccionistas o curadores, y personas que simplemente sienten que ha llegado el momento de “dar forma” a algo que llevan dentro.

La escultura comisionada no es solo una obra. Es un vínculo: entre el gesto de quien la pide, la mirada de quien la ve, y la mano de quien la crea. Si has sentido que te gustaría encargar una pieza que hable de ti, de tu historia, de tu deseo o de tu transformación… y resuena con mi estilo escultórico, aquí estoy, con las manos y el corazón dispuestos a escuchar.

🖤 Si quieres conversar sobre una posible comisión, puedes escribirme directamente a francesca.dallabenetta@gmail.com, conocer aquí algunas piezas que me han comisionado, o enviarme un mensaje directo por Instagram. ¡Siempre estoy abierta a propuestas a escuchar tus ideas, preguntas o sueños!

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